jueves, 5 de agosto de 2010





La sordera es la pérdida total o parcial del sentido del oído y puede afectar uno de los oídos o ambos. Puede ser un síntoma o una consecuencia de otras enfermedades o infecciones, aunque también puede estar causada por algún factor hereditario o por la exposición a ruidos intensos.




El oído está constituido por tres partes: el oído externo, que recoge y canaliza las ondas sonoras a lo largo del canal auditivo externo; el oído medio, que recibe las ondas y las envía hacia el oído interno; y el oído interno donde se convierte en impulsos nerviosos y se transmiten al cerebro.
El oído interno también contiene el órgano del equilibrio. Esto explica que algunas enfermedades que causan sordera también afecten el sentido del equilibrio y puedan causar vértigo.
El oído está conectado con la parte posterior de la faringe mediante un conducto denominado trompa de Eutaquio. Al ascender una pendiente deprisa o cuando despega un avión, se tiene una sensación de taponamiento de los oídos; esto se debe al descenso de la presión externa, que permite que el aire se expanda en el oído medio. La molestia es momentánea y desaparece al bostezar o deglutir, lo que iguala la presión y permite que el aire salga por las trompas de Eutaquio hacia la faringe.
TIPOS DE SORDERA Existen dos tipos de sordera: la conductiva y la perceptiva. En la primera los sonidos no llegan al oído interno, y esto puede ser causado por un tapón de cerumen en el oído externo o por la diminución de movilidad de los huesos del oído medio. Cuando se produce una sordera perceptiva los sonidos alcanzan el oído interno, pero no son trasmitidos al cerebro, por lo general a causa de una lesión de la cóclea o del nervio auditivo.


Sin embargo, en algunos casos, la sordera puede ser conductiva y perceptiva al mismo tiempo; así, por ejemplo, un anciano puede tener un exceso de cerumen, que origina una sordera conductiva, junto con una lesión del nervio que transporta el sonido hasta el cerebro.
Una pérdida auditiva leve o parcial resulta muy común y afecta de forma diferente a los que la padecen, de acuerdo con su edad o sus actividades. Así, la sordera puede dificultar la capacidad general de los niños par aprender y para hablar, en tanto que puede causar una sensación de aislamiento y soledad en un adulto. El conducto auditivo externo está recubierto por una extensión de la piel de la oreja; por lo tanto, a excepción de los tapones de cerumen, todos los trastornos que lo afectan son de la piel y no revisten gravedad para el mecanismo auditivo.
Los trastornos más comunes del oído medio son las infecciones y lesiones del tímpano. Los procesos infecciosos pueden ser causados por bacterias o virus que penetran hasta esta parte a través del tímpano -porque éste se haya perforado- o de la trompa de Eustaquio.
Asimismo, los delicados huesillos que llevan las vibraciones sonoras del oído interno son muy vulnerables y determinadas sorderas constituyen un síntoma de diferentes trastornos en esta parte.
El oído interno tiene dos estructuras sensibles: la cóclea, también llamada caracol, y el laberinto, que rige el equilibrio del cuerpo. Si resulta dañados se produce una sordera perceptiva, con escasas posibilidades de tratamiento.

PRUEBAS DE DIAGNOSTICO
Las personas con audición normal pueden oír las palabras en voz baja a una distancia de un metro y medio. Si una persona está afectada por una pérdida grave de la audición no podrá escuchar cuando se diga a 15 cm de su oído.
Existe varios métodos para probar la capacidad auditiva de una persona; una de ellas es la prueba de la impedancia, que mide la capacidad del tímpano para reflejar las ondas sonoras.
Esta prueba se realiza introduciendo una sonda cubierta de material aislante en el canal del oído externo, para cerrar su entrada. Mediante una transmisor colocado en la sonda se dirigen sonidos al tímpano, mientras se regula la presión en el canal. Los reflejos de estas ondas sonoras se miden con un receptor, para averiguar la existencia de alguna lesión y su origen.
La sudiometría mide la capacidad de escuchar los sonidos transmitidos por el aire, y la capacidad de percibir sonidos transmitidos por los huesos de la cabeza, mediante la emisión directa de ruidos sobre los huesos del cráneo.
CAUSAS
De entre las diversas causas que pueden producir sordera, puede destacarse las siguientes:
Tapón de cerumen
La cera o cerumen es elaborada por unas glándulas situadas en el canal del oído externo, y sirve para limpiar y humectar este canal. La cantidad de cera producida varía mucho de una persona a otra, por lo que en algunos casos el cerumen bloquea el canal formando un tapón que causa una sensación de molestias en el oído, sordera parcial o zumbidos ocasionales y, dolores y vértigo.
Para limpiar el cerumen es conveniente efectuar aplicaciones de aceite de oliva o algún producto específico manipulando con suavidad un bastoncillo de algodón dentro de la oreja, para ablandar y eliminar la cera. Si el cerumen no cae de modo espontáneo, el médico lo puede limpiar con un método indoloro, que consiste en introducir y vaciar en la oreja una jeringuilla o pera de goma llena de agua templada, que desprende y arrastra la cera existente.
Otitis
La otitis es una infección que puede afectar tanto al oído medio como al externo, aunque está motivada por diferentes causas.
La otitis externa es una infección del canal auditivo en un grano o un absceso, o bien estar generalizada, afectando toda la mucosa del canal. Es común que se origine después de bañarse. También puede ser consecuencia de rascarse, de manipularse de forma repetida el oído o ser debida a la presencia de algún cuerpo extraño, como un insecto.
Los síntomas consisten en irrigación, dolor y aveces secreción; puede existir una pérdida leve de la audición.
Este tipo de otitis se trata con analgésicos, y el médico prescribirá tabletas o gotas para el oído, que contengan antibióticos y esteroides.
La otitis media aguda es una infección vírica o bacteriana que afecta la cavidad del oído medio, por lo que la trompa de Eustaquio se inflama y queda bloqueada; cuando la infección es bacteriana se forma pus. También se presenta fiebre dolor y pérdida de la audición y, en este caso, debe tratarse sin demora, ya que existe el peligro de que se convierta en crónica, con la pérdida de la audición y el daño irreversible que conlleva.
Si, en cambio, la infección es vírica, se cura sola, generalmente en unos días. Esta dolencia se desarrolla, en muchos casos, después de una infección de la nariz o de la garganta y es muy frecuente entre la población infantil.
Las personas expuestas a ruidos muy fuertes, superiores a los 80 decibelios, durante largos períodos de tiempo, puede sufrir lesiones en la parte interna del oído, que deriva en sordera perceptible irreversible.

Rotura del tímpano
La causa más frecuente de perforación del tímpano es la otitis, aunque también puede ocurrir por traumatismos, al efectuar la limpieza del oído con objetos punzantes, por una fractura de cráneo o incluso por una bofetada fuerte. Los síntomas son el dolor intenso, la pérdida parcial de la audición y, en algunos casos, una hemorragia leve; es importante consultar al médico ante estos síntomas, ya que existe el riesgo de que se infecte el oído medio.
El tratamiento se basa en la administración de antibióticos y analgésicos, y la cura se produce de forma natural en unas dos semanas.
Sordera ocupacional
La exposición prolongada a los ruidos fuertes, de 80 decibelios o más, puede lesionar la cóclea, o parte más interna del oído. Esto tienen como consecuencia cierta pérdida de la capacidad auditiva, causada por lesiones de la cóclea, es irreversible, por eso es fundamental la prevención. Aquellas personas que están expuestas a niveles peligrosos de ruidos deben usar protectores adecuados.
TRATAMIENTO
El tratamiento de cada tipo de sordera depende de la causa que la provoque. Cuando la sordera es permanente y no se dispone de tratamiento específico, puede ser necesaria una prótesis auditiva. En la actualidad existen diferentes aparatos que mejoran la audición, de acuerdo con las distintas necesidades. Es de la máxima importancia elegir el aparato adecuado y también que se ajuste con comodidad al pabellón auditivo.
Los aparatos modernos utilizan la energía eléctrica de una batería para aumentar el volumen del sonido. También existen micrófonos que amplían el sonido y que se colocan detrás de la oreja, aparatos de conducción ósea, para la sordera perceptiva, y aparatos de bolsillo, que resultan más potentes para los casos graves.